Llega Pies de barro, la novela número 19 de la serie del Mundodisco y la tercera de la subserie de la Guardia. La niebla otoñal que está invadiendo Ankh-Morpork, la ciudad más caótica y atestada del Mundodisco, permite ocultar el rastro de un asesino cuyos actos criminales tienen despistados a todos (incluso al Gremio de los Asesinos, que no los ha autorizado). Nadie entiende por qué ha matado a un religioso y al conservador de un pequeño museo, dos ancianos indefensos y apreciados por la comunidad. Por si fuera poco, alguien más está intentando envenenar lentamente ?pero con excelentes resultados? a lord Vetinari, el gobernante supremo de la ciudad (y aunque tal vez no sea el gobernante ideal, como las otras opciones son peores, hay que mantenerlo con vida a toda costa). Y para postre, en las callejuelas se está vendiendo una sustancia ilegal que trae como locos a los jóvenes. En fin, que la ciudad está revuelta y hay trabajo de sobra y varios casos de verdad para el comandante Samuel Vimes y su tropa pluriétnica de la Guardia Nocturna de la ciudad. También hay pistas, y todas empiezan a señalar como culpables a los golems -gigantes de barro creados para obedecer, trabajadores infatigables y silenciosos que jamás han reclamado sus derechos?, pero a nadie escapa que ésa es una solución demasiado fácil. ¿Seguro que no hay nadie más detrás de todo esto?. Parecen casos sencillos pero, como todo en el Mundodisco, nada es lo que parece a primera vista. Una vez más Pratchett nos divierte con esta amena trama de intriga y misterio, con su fina ironía, sus constantes gags, sus parodias de libros conocidos (esta vez le ha tocado a El nombre de la rosa) y, sobre todo, con un sentido del humor brillante, en la mejor tradición británica.