Desde que cruzaron la frontera oeste de la dinastía Tang, San Zang y Sun Wukong han estado en constante peligro. Cuando no las pasa canutas evitando que el mono provoque el caos o enfurezca a los dioses, el sacerdote tiene que preocuparse de posibles amenazas, ya sean personas o monstruos. Sin embargo, de momento los dos viajeros han tenido suerte. Aunque ya reclutaron a un compañero de viaje, ahora un nuevo y extraño acompañante se unirá al grupo en su viaje al Oeste. <BR>