Eri de Dunbar regresa a su castillo solo para verlo arder. Radulf,
un poderoso mago de sangre, ha asesinado a su familia y ha
instaurado un nuevo sistema en todo el Reino de Alba en el que
los hechiceros ostentan todo el poder. Llevada por una total
desesperación, Eri recurre a un oscuro ritual: invoca a Arioch,
príncipe del Infierno, y trata de vincularlo a una espada para
someterlo a sus deseos...