Un pueblo apartado del mundo, un genio loco dispuesto a cualquier cosa por dar rienda suelta a su creatividad, unos lugareños hostiles, un misterio, un desprevenido recién llegado, y una bella joven que propicia la aparición y el triunfo del amor sobre el odio, el miedo y el horror dominantes es lo que nos encontramos en El Juego Lúgubre de Paco Roca.
Lo interesante y lo que hace que este trabajo pueda elevarse por encima de la media gracias a un toque particular, es que está basada en hechos reales, y con personajes y lugares perfectamente reconocibles. El pueblo escondido es Cadaqués, Girona, y el momento 1936, poco antes del estallido en España de La Guerra Civil. El genio loco es, en este caso, un pintor llamado Salvador Deseo -pseudónimo al que recurre el autor para referirse en realidad a Salvador Dalí-, el desdichado joven un contable madrileño llegado al pueblo por motivos de trabajo, el misterio no lo vamos a desvelar en estas líneas -para eso tendréis que leer el cómic- y la joven chica una lugareña.
Desde el aspecto gráfico, Paco Roca no demuestra ser un autor dotado de una gran narrativa y poseer un trazo pulcro, con recursos suficientes para enfrentarse a cualquier género.
Además, el libro cuenta también con un epílogo sobre la vida del genial pintor, a través del que se trata de establecer la posible o no verosimilitud de lo contado.