«MARTINCITO NO tiene
amigos. Hasta que aparece
un señor imaginario. Dice
que se llama Olga. Y que
tampoco tiene amigos. Ahora
Olga y Martincito no tienen
amigos juntos.»
Así da comienzo la
inquebrantable amistad entre
dos de los personajes más
entrañables del universo
macanúdico, aquellos que,
a través del humor y la
imaginación, nos recuerdan
con nostalgia los años de
la infancia, cuando nada
parecía imposible, ni lo era.