Cada lunes, Ai y un asalariado coinciden en el tren camino al trabajo y la escuela. Entre
conversaciones y encuentros semanales, su relación evoluciona en una curiosa amistad que da un
respiro a la rutina de los lunes. Pero ella no es la única protagonista de esta historia. En este primer
tomo también conocemos a un oficinista y su compañera, quienes navegan entre la atracción y la
timidez en el entorno laboral. La cotidianidad que nos muestra Me pesan los lunes va más allá de las
situaciones cómicas que se pueden dar en un vagón de tren o el romance que surge entre dos
compañeros de trabajo, sino que también nos habla de las dificultades que conlleva ser una chica con
grandes pechos de manera realista.