Dios, a una pastilla de distancia
Cualquiera puede fabricar drogas con una quimjet, y
en Toronto han empezado a administrar una sustancia
que permite ver a Dios. Lyda Rose, que convive
con su ángel particular desde que tomó una sobredosis
del fármaco, abandona el psiquiátrico con un
objetivo: sacar la droga de las calles. Dos compañeros
la acompañan en la cruzada. ¿Qué podría salir mal?