Yayoi consigue capturar al fantasma del antiguo túnel abandonado F, pero Keitaro, víctima del poder del Sargento del Eterno Martirio, acaba demasiado debilitado y tiene que descansar, lo que obliga a los protagonistas a pausar la búsqueda de lugares encantados. Durante este paréntesis, Eiko sugiere comprar una casa encantada donde guardar a los fantasmas graduados. Esta ha de cumplir dos condiciones: que no pueda afectar a nadie en los alrededores y que sea barata. Por suerte, encuentran la que parece la propiedad ideal... Pero se trata de un sitio donde ha ocurrido un terrible accidente.