En la carretera nacional 1 descansa encerrada una temible y vieja criatura conocida como el gran Shishimura, cuyo sello rompen sin querer Yayoi, Keitaro y Eiko. En consecuencia, liberan a un ser gateador que los ataca sin dilación y, en mitad de la batalla, Yayoi oye una maldición prohibida que la deja inconsciente. Eiko, entre la espada y la pared, recuerda unas palabras de su prima e invoca al Asura del Eclipse Negro.
Por Kenichi Kondo