Si hubiesen sabido lo que les esperaba, Machacador
y su banda de mercenarios no hubiesen bajado tan
al sur de las Tierras de Arran, pero cuando tienes la
muerte en los talones y lo has perdido todo, lo mejor
es presentarse ante ella como un verdadero culoverde,
con los puños cerrados y el corazón furioso.Por su lado,
Morogg, enjaulado y llevado a Urann por orcos para
venderlo como esclavo, revive una y otra vez vez la
misma pesadilla: cada vez que cierra los ojos, asiste
impotente a la muerte de los suyos. Pero Morogg se
niega a aceptar una vida de servidumbre...