Este libro marca el final del viaje para su autor,
Harold R. Foster, quien después de haber colgado
los pinceles deja ahora, justo cuando se cumplen
cuarenta años y tres años de su publicación desde
febrero de 1937, los guiones de su personaje
insignia.
Los dibujos ya pertenecen por completo a
John Cullen Murphy, y es su hijo Cullen quien
se encargará de escribir las aventuras de Valiente,
Aleta y su envidiable escudería de secundarios a
partir de ese momento.
Foster se retira, ya muy anciano, por la puerta
grande para ocupar su justo lugar en el olimpo de
los más grandes autores de cómics de todos los
tiempos, inigualable, inimitable.
Pero la historia de Valiente continúa.
Y nosotros con ella.