UNA RELACIÓN PATERNOFILIAL EN JAPÓN
Makoto es un niño tímido, patoso y debilucho, que se pasa todo el año resfriado y que trata de adaptarse y encontrar
su sitio. Es un zote en los deportes, pero le gusta dibujar. Su padre, un personaje excéntrico y vacilón, le llama
blandengue por ser delicado y torpón, pero en realidad ambos comparten cierta torpeza natural.
Yaro Abe, el autor de La cantina de medianoche, recrea aspectos de su propia infancia en esta obra en la que rememora
en especial la relación con su padre, un personaje peculiar que solía llevar pantalones bombachos hechos a medida
-cuando no andaba por casa en simples calzoncillos- y con el que tenía un vínculo muy fuerte. Pequeñas anécdotas
llenas de ternura, humor y agudeza que dejan con el corazón en un puño.