N.K. Jemisin ha ganado dos años seguidos
(2016 y 2017) el Premio Hugo a la mejor
novela. Hacía 25 años que ningún autor
conseguía semejante hito.
Toda era tiene que llegar a su fin. Ha dado comienzo una
estación de desenlaces. Empieza con una gran grieta
roja que recorre las entrañas del único continente del
planeta, una grieta que escupe una ceniza que oculta
la luz del sol. Empieza con la muerte, con un hijo asesinado
y una hija perdida. Empieza con una traición, con
heridas latentes que comienzan a supurar. El lugar es la
Quietud, un continente acostumbrado a la catástrofe en
el que la energía de la tierra se utiliza como arma. Y en el
que no hay lugar para la misericordia.