Al filo de la primera década del siglo viii de la era
cristiana, fallece en circunstancias poco claras Witiza,
rey visigodo de Hispania. En medio de grandes
disputas, le sucede en el trono Rodrigo, el llamado
«último rey visigodo». Se viven por aquel entonces
tiempos tumultuosos en la península, azotada por
innumerables males. Hay cosechas arruinadas y
hambrunas, epidemias de peste, pillaje y sublevaciones,
se multiplican abortos y suicidios... Muchos temen que
sea el anuncio del fin de los tiempos.
Mientras tanto, el norte de África arde en luchas,
sometido por una fuerza incontenible que ha puesto
sus ojos en la península.
Rodrigo no sabe que su reinado será breve.