Tras guerras interminables y amargas luchas internas,
el descontento se ha apoderado del Imperio de Malaz.
Incluso las tropas imperiales, siempre ansiosas por derramar
sangre, necesitan un respiro. Sin embargo, las
pretensiones expansionistas de la emperatriz Laseen no
tienen límite, más aun cuando son reforzadas por sus
temibles agentes de la Garra. El sargento Whiskeyjack
y su escuadrón necesitan tiempo para llorar a los muertos
del último asedio, pero Darujhistan, la última de
las Ciudades Libres de Genabackis, los espera; en ella
ha puesto la emperatriz su mirada depredadora. El Imperio
no está solo en este juego. Las fuerzas siniestras
conspiran dentro y fuera de las sendas mágicas, y hasta
los dioses se preparan para la batalla